Vincularse o enamorarse...¿cuantas veces nuestras relaciones de pareja han sido simples viculaciones afectivas y las hemos confundido con enamoramientos?.
En este mundo donde todo va deprisa, a veces tenemos tantas ganas de enamorarnos que no dejamos ni que suceda...directamente queremos pasar a la casilla de seguridad afectiva y de vínculo con la otra persona. ¿Por qué nos pasa esto?.
Esto puede ser, bien porque realmente cuando alguien nos quiere nos da miedo no estar a la altura y hacer daño. También porque a veces, deseamos tener a alguien con quien contar, confiar, follar, etc...que sin darnos cuenta nos saltamos el enamoramiento (como etapa incierta) y pasamos directamente a la vinculación (etapa segura y estable) sin dejar el tiempo para que esa base, esos cimientos en los que se tiene que sustentar una relación de pareja se formen.
¿Nos da miedo la incertidumbre propia del enamoramiento? ¿no queremos sentirnos vulnerables y es por ello por lo que si decidimos dar el paso de emparejarnos queremos hacerlo sobre seguro?.
Donde queda el exponerte, el expresar libre y saludablemente tus sentimientos. El decir "me gustas" sin que el otro interprete "uf me va a pedir matrimonio ya".
Es más fácil irte a la cama con cualquier persona que en realidad te parece un "meh", que decirle al chico o chica que te gusta, que te gusta. Y mucho más aún, decir que te gusta un chico/a sin ni siquiera haber pasado por tu cama...
El otro día alguien me hablaba del repelús que sintió cuando el chico con el que iba a su casa (a tener sexo con él) le cogió de la mano. No sé a vosotros, pero a mi me parece el mundo al revés. Que demos como válido que la afectividad y la comunicación erótica empiece y acabe en la cama, nos hace perdernos un recorrido previo y post muy bonito e interesante.
Siguiendo con la actualización de mi entrada anterior sobre este tema. Me pregunto si el por qué de que tantas personas estemos sólos o no encontremos a la pareja "perfecta", tiene más que ver con una forma de auto boicotearnos cuando nos enamoramos. Tal vez, el tipo de relaciones líquidas postmodernas como habla Sigmun Bauman, en las que los principios de consumismo que nos impone el capitalismo y el terror a la pérdida de la individualidad, nos hace generar relaciones superficiales, vínculos lo suficientemente débiles para poder romperlos de una forma poco traumática. La falsa percepción de que siempre hay alguien mejor esperándomos fuera, nos impide aceptar y valorar lo tangible, lo presente.
El resultado de la ruptura de los mitos del amor romántico no debería de ser irnos al polo opuesto, donde perdamos toda la capacidad de compromiso, corresponsabilidad afectiva y de vivencia positiva del amor y las relaciones amorosas.
Que no te pueda prometer amor eterno, no significa que no pueda darte lo mejor de mí, día a día.
Que no te pueda jurar estar juntos hasta la muerte, no debería estar reñido con no tener la capacidad de comprometerme afectivamente contigo el tiempo que estemos juntos.
Que no te pueda asegurar la exclusividad del deseo, no significa que pierdas tu valor como pareja sexual que elijo tener en mi vida.
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