Echo de menos pensar en tí. Echo de menos los domingos juntos y aburridos en el sofa. Cuando nos despertábamos abrazados y en ese momento nada importaba más que eso, nosotros. Echo de menos esperar tu llamada, tu mensaje cariñoso o tu abrazo con todas tus fuerzas cuando entraba a tu casa llena de olores dulces. Echo de menos los paseos sin rumbo que tan nervioso me ponían, el sushi y los helados a media tarde, o noche, sin remordimientos. Echo de menos tu alegría superficial y el sueño que me robaban tus preocupaciones. También echo de menos oirte tocar el piano por teléfono, esos momentos tan íntimos donde cada nota la interpretaba como un poema de amor y mi corazón latía fuerte. A veces también me acuerdo de nuestras discusiones, cuando me sacabas de mis casillas con planteamientos que no entraban en mi cabeza y que mi cuadriculatura mental no me dejaba asimilar. Echo de menos organizar un viaje, organizarnos, organizarte...se me da bien organizar, siempre me ha gustado hacerlo,