Parece que el mundo de las relaciones cada día se polariza más: o buscas novio o buscas follar. Bueno, también se da los que buscan novio follando o los que follan y acaban emparejados, pero estaréis conmigo que las incongruencias la mayoría de las veces no salen bien.
¿Y qué pasa si estás harto de ambas cosas? Harto de los chats y las conversaciones por WhatsApp interminables, los interrogatorios que acaban bruscamente tras dar una respuesta que no conviene a tu entrevistador, envío de fotos "mostrando lo mejor de ti"...no sé.
¿Cómo podemos volver a ser humanos, seres sociales, que se comunican verbal, no verbal, afectiva y sexualmente? No hablo de volver a los tiempos de Romeo y Julieta, por supuesto que no, pero bajarnos de ese tren de superficialidad en el que nos han montado las apps y redes sociales. Hemos desterrado el modelo antiguo de seducción, de ir conquistando a tu pareja poco a poco (o en una noche) por el de pasar una "entrevista" online e ir directamente a la cama o al bar, pero con ciertas garantías de que el encuentro va a ser satisfactorio... ¡Já!
Me sorprende cómo se ha normalizado el mantener varias relaciones de seducción paralelas. No sé qué pensáis, pero cuando digo que pierdo el interés en un chico, cuando veo que está intentando ligar con otros chicos o seducir a otros al mismo tiempo que a mí, algunas personas se sorprenden como diciendo "obvio Fran, nadie se centra una noche en una sola persona"... y yo digo, ¿por qué no?. Por qué si nos estamos mirando, nos hemos sonreído y estamos preparando el terreno... poco a poco... ¿Decides hacer eso mismo también con otros, en el mismo lugar y en la misma noche? Me dicen que es por no poner todos los huevos en la misma cesta, ¿perdón? ¿Estamos hablando de inversión ahora?.
¿Tanto afecta a tu autoestima y confianza en ti mismo no consumar en la misma noche con el chico que te ha gustado? ¿O es que lo que nos gusta es sentirnos deseados no por uno, sino por todos los que se pueda?
No sé qué será, lo que sé es que esto agota, y lo que más me aterroriza es reconocerme haciendo eso. Siendo yo el otro, siendo yo el que bloquea al ver o leer algo que no me gusta, ser el otro que no tiene nada en cuenta a la persona que hay detrás de una app. ¿En qué me he convertido? ¿Esto tiene vuelta atrás? ¿Back to basic es posible, o seguiremos disociadas vivas entre lo que decimos, lo que hacemos, lo que necesitamos, lo que buscamos y lo que encontramos?
Me tranquiliza pensar que al menos el primer paso ya lo di, el de tomar conciencia de la toxicidad del ambiente actual, de la instrumentalización de las relaciones, las personas, los cuerpos y el placer. El verdadero reto será saber si voy a ser capaz de hacer cambiar el rumbo de este transatlántico en el que voy montado.
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Ahora te toca reflexionar a ti, ¿me lo cuentas?