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El duelo ilusorio, una reflexión sobre los enamoramientos fracasados.

Si pensamos en duelos amorosos, a todo el mundo se nos viene una imagen, una sensación o emoción que nos invade, generalmente negativa, triste y hasta cierto punto traumática.

Un duelo amoroso, puede ser de las peores experiencias que podemos sufrir, de hecho en algunos casos, la resolución y cierre de estos duelos tarda años en conseguirse. Sentimos el dolor por la pérdida de ese ser amado, por el fin de ese compartir nuestra vida, nuestra intimidad o nuestra sexualidad.

 Los vínculos amorosos llegan a constituir un pilar tan fuerte en nosotr@s, que cuando se destruyen, nos provocan un profundo desajuste que afecta sin lugar a dudas, en mayor o menor grado, al resto de áreas de nuestra vida: trabajo, familia, amigos...y sobre todo a nuestro propio autoconcepto.

Es posible que tras una ruptura, sintamos que no hemos sido capaces de dar lo mejor de nosotr@s, de mostrar nuestra mejor cara, de volcarnos al 100% con la otra persona. También es muy probable que aparezcan pensamientos en forma de autoreproches como: "No debí decirle eso.." "Si hubiese hecho lo otro..." en definitiva, intentamos buscar al culpable y la causa concreta de esa ruptura, ¡como si eso fuera tan fácil!

Pero hoy no os voy a hablar del duelo amoroso, hoy os quiero hablar de ese tipo de duelo que se siente, que también nos provoca mucho dolor y por supuesto nos azota cruelmente, y que en la mayoría de los casos no es comprendido por tu entorno más cercano.

Con "Duelo Ilusorio" me refiero a ese estado por el que se pasa durante el proceso de enamoramiento, cuando definitivamente, la persona de la que nos estamos enamorando, o a la que intentamos conquistar, no nos correponde.

Durante el proceso de enamoramiento, tendemos a idelizar, a ilusionarnos, a pensar en un futuro condicional (muy feliz) simplemente basádondos en el poder de nuestra imaginación, pues esa persona quizás aún ni sabe lo que sentimos por ella.

Nos imaginamos nuestro primer beso, en un paisaje onírico, con un atardecer dorado y música de fondo, de igual modo idealizamos y fantaseamos con el momento en el que uno de los dos dé el paso de declarar su amor eterno e incondicional.

Incluso hay quien durante el proceso de enamoramiento, llega a imaginar la casa que habitarán juntos, el día de su boda e incluso los hijos que le gustaría tener con esa persona...

Pero, ¿Que pasa cuando llega el día, en el que como quien destroza un castillo de arena, nos dan un golpe de realidad y desmoronan todos esos sueños y fantasías que tan detallosamente habíamos construído en nuestra cabeza?

Cuando la persona con la que tanto hemos fantaseado nos explicita que NO, que NO es ella la protagonista de nuestro cuento, es cuando verdaderamente sentimos una desilusión tan grande, que al igual que con el duelo amoroso (en menor grado) también afecta al resto de áreas de nuestro día a día.

En un momento, todas esas imágenes, vivencias e ilusiones se desvancenecen y emborronan, sobre todo, la cara de la persona con la que nos imaginábamos haciendo esto. Se produce un choque con la realidad que nos devuelve a un estado de vacío, carencia y hasta ridículo por habernos hecho creer que todo lo que nuestra mente nos mostraba era cierto.

La desilusión será tan grande como extensa y desarrollada sea la historia que nos hayamos creado. Las personas que se denominan "enamoradizas" y que son más fantasiosas, son las que suelen sufrir en mayor intensidad estos duelos ilusorios. Siendo esto a su vez, su mejor medicina, ya que probablemente en un periodo de tiempo vuelvan a "enamorarse" nuevamente y comenzar el ciclo de nuevo... Al fin y al cabo, estas ilusiones no dejan de ser proyecciones y guiones de vida, en los que el/la protagonista tiene un valor más simbólico que como persona concreta.

Con esto me refiero a lo anterior, que esos planes e historias que nos hemos inventado con esa persona (y que son producto de la idea romática introyectada por el cine, la música, la literatura y la cultura de genero), seguirán existiendo a pesar de la negativa de la misma, solo cambiaremos al/a la protagonista una y otra vez, hasta que los llevemos a cabo, o finalmente, cuestionemos si debemos de centrar nuestra vida en la consecución de planes heredados social y culturalmente, o si de lo contrario, concentrar todas nuestras energías en disfrutar del ahora, vivir del presente y dejar fluir el futuro

Por esto lo llamo Duelo Ilusorio, porque no es ni más ni menos, que una ruptura con tus fantasías, con tus expectativas y planes de futuro compartidos que habías contruído tú solit@.

Sobre este y otros tipos de duelos os animo a reflexionar y compartir conmigo. Espero que os haya resultado interesante,

Gracias por tu atención


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