Queridos amigos y amigas,
Antes de nada, quiero pediros disculpas por todo este tiempo de desconexión "bloguera", han sido unos meses cargados de mucho trabajo, momentos buenos y otros no tanto, experiencias y amor.
Desde hace unos meses, vengo dándole vueltas a esta entrada, ya que la idea me llegó una noche cuando estaba como se suele decir "entre sueños" y solo alcancé a coger el móvil y volcar todos esos pensamientos que en ese momento me estaban quitando el sueño.
Quizás por la forma, quizás por el contenido, o tal vez con la experiencia vital con la que se relacionaban todas esas ideas en bruto, me ha costado bastante sentarme delante del ordenador a darle forma y sentido a todo.
El tema, como ya os podréis imaginar, es conocido por todos, y tratado por mí en otras entradas, el adiós. Y es que cuando algo acaba, cuando nos adentramos en un proceso de duelo y desvinculación, me estoy refiriendo a cualquier ruptura o despedida a la que nos tendremos que enfrentar a lo largo de nuestra vida: amigos, trabajo, familia, lugar de residencia...
No podemos pretender amarrarlo a nuestras vidas infinitamente, cada persona tenemos nuestro camino y ese camino se cruzará con caminos de otras personas en momentos concretos, o durante años, pero sin lugar a dudas, habrá caminos que inevitablemente se tengan que separar. Luchar contra eso repercutirá en contra de nosotros mismos o de la situación o persona a la que estemos reteniendo.
Quizás el momento en el que aparece esa bifurcación de caminos, no es el más apropiado, o aparece justo en el mejor momento de la relación, pero tenemos que pensar que cada uno tenemos un desarrollo vital y quizás para ti no es el momento, pero la otra persona necesita desprenderse de tu sendero, para emprender su propia andadura por otros derroteros que aunque desconocidos, le van a aportar experiencias y conocimientos que de otra manera jamás habría adquirido.
¿Cuantas personas tenemos en nuestras vidas que están acomodadas a una situación, a un trabajo, a un lugar de residencia, a vivir con sus padres? ¿Cuantas de estas personas no paran de quejarse de esa situación? ¿Cuantas de estas personas hacen algo para cambiar?
Llegado ese momento, podemos vivir con pena o tristeza cuando una persona sale de nuestras vidas, o cuando somos nosotros los que tenemos que poner fin a una situación.
Esa historia puede acabar por muchos motivos y de muchas formas, pero siempre, siempre, estoy convencido de que todo acaba por alguna razón.
Es posible que hayamos dilatado tanto ese momento critico de "ruptura" que la situación ya nos ahogue y nos duela, que en ese momento no seamos capaces de valorar toda la relación con esa persona, viviéndolo como algo muy angustioso, negativo o injusto.
Tenemos que ser conscientes de que era un final necesario. Muchas veces intentamos anclar a personas o situaciones en nuestras vidas aún sabiendo que no nos permiten progresar, mejorar, cambiar o simplemente abrirnos a otras experiencias o formas de vida que anhelamos tener. Es normal que sintamos miedo a coger las riendas de la situación y provocar el cambio.
Si nos referimos a personas (amigos o familia) posiblemente ellos no sean los culpables de nuestro estancamiento, pero si que contribuyen a mantener y perpetuar mientras estén a nuestro lado, ese espacio de seguridad y comodidad, esa burbuja que nos rodea y que tanto nos aporta positivo como a veces nos ahoga.
En algunos casos, podemos proyectar nuestra frustración por no ser capaces de romper con ese espacio de confort contra esa persona y provocar "inconscientemente" que la relación se vaya deteriorando hasta que finalmente se rompa. Tal vez sólo estábamos buscando una excusa o un pretexto para iniciar nuestra andadura, a veces es necesario desprendernos de todo para encontrarnos a nosotros mismos.
¿Cuantas decisiones difíciles y arriesgadas hemos tomado en nuestra vida y que sin ellas no seríamos lo que hoy día somos?
Los miedosos, los que no son capaces de arriesgar lo más mínimo y se dedican a vivir en la apatía, la frustración y la oquedad, se encargarán de hacerte tambalear en tus decisiones, de evitar que emprendas un camino que ellos/as jamás serán capaces de emprender y que el hecho de que tú lo hagas, saca a la luz sus propios miedos y frustraciones, y eso, como comprenderéis es algo que a nadie le gusta experimentar, por lo tanto ándate con ojo e indentifícalos, y sobre todo, no te conviertas tú en uno/a de ellos/as.
Volviendo al tema que nos atañe, y a esa salida de tu mundo de comodidad, comprobarás que al paso del tiempo y observando las cosas con distancia, te das cuenta de que esas "rupturas" simplemente forman parte del ciclo vital de las personas, y que como tal, tenemos que entenderlas como naturales. Si hacemos una valoración de nuestras relaciones y de nuestra vida, veremos que cada persona que ha sido importante, cumplió su función (independientemente de como saliera de la misma) y que su salida de nuestra vida, dio pie a la entrada de otras que también serán importantes y que también posiblemente se irán algún día.
Por nuestra cultura estamos muy familiarizados con el concepto de posesión, a veces más centrados en poseer algo y asegurarnos que nunca se vaya, más que de disfrutar del tiempo que esté con nosotros, aprender y disfrutar de nuestra vida a su lado.
El sentimiento de abandono es muy temido y evitado por la gran mayoría de personas, pero si cambiásemos la idea de abandono por la de renovación o regeneración, nuestras rupturas o desvinculaciones serían vividas de una manera más positiva, más saludable, como un proceso de aprendizaje y no como continuos fracasos y relaciones frustradas.
Para ello no debemos "archivar' a personas en nuestro álbum vital desde la rabia, el rencor, el dolor o intentar sacarlos por completo del álbum, esto no es posible. Lo que si es posible, es dejar esas "heridas" abiertas, al aire, que se tomen el tiempo que necesiten para cerrarse y una vez cerradas que las recordemos siempre con cariño y respeto, el cariño y respeto que merece una persona que en algún momento de nuestra vida ha estado a nuestro lado y nos ha aportado tanto.
Y hasta aquí mi regreso...espero que aunque haya sido una entrada extensa y densa, hayáis captado la idea de la misma, como siempre os animo a comentar, proponer, criticar y cuestionar cuanto queráis....ya conocéis las vías, vuestra es la decisión.
Os propongo esta canción, que aunque a mí me turba y me remueve un poco, ha sido la banda sonora del final de esta entrada.
Un abrazo y espero que sigáis ahí como siempre
Comentarios
Publicar un comentario
Ahora te toca reflexionar a ti, ¿me lo cuentas?