Cuando nos encontramos ante la tesitura de...¿Doy una nueva oportunidad a mi relación? ¿Se merece esta persona que lo volvamos a intentar? es muy probable que en esos momentos estemos pensando y valorando muchas cosas, algunas tendrán que ver con nosotros mismos, otras con nuestra pareja y la mayoría, con la circunstancia o circunstancias que nos han llevado a estar en ese punto.
Una forma de aclararnos ante esa oscura situación es la que os propongo a continuación, y no es ni más ni menos que nos hagamos algunas preguntas:
1) ¿Lo nuestro sigue vivo como para poder recibir una nueva oportunidad?
Cuando algo muere o está roto definitivamente, no deberíamos plantearnos siquiera el dar una nueva oportunidad. Al igual que a una persona que ha muerto, no pensaríamos en hacerle un trasplante para intentar volverla a la vida, en el caso de las relaciones sucede lo mismo, con la diferencia de que es mucho más difícil diagnosticar una muerte o ruptura definitiva.
2) ¿Cómo me ha afectado a mí el hecho que ha provocado el tener que tomar esta decisión?
Es muy importante valorar el hecho que motivó que nos encontremos en tal difícil situación, y sobretodo, cuanto de mal parado que acabado. Los motivos pueden ser miles y su importancia será tan variada como personas existen en este planeta. Pero más allá de esto, tendremos que chequearnos para saber cuánto de mal parados hemos acabado tras esto. Tal y como dice un gran amigo mío, cuando estamos en el borde del precipicio el que nos conmuten el tirarnos por cortarnos un brazo, sin duda accederemos un brazo ya que la comparación en la comparación entre una pena y otra está por medio seguir vivos. Extrapolando este tema al mundo de las relaciones, el hecho de perdonar ese hecho (infidelidad/agresión/disputa) si lo comparamos con perder definitivamente a esa persona es muy fácil que restemos importancia al hecho, ya que perder a la persona que amamos puede suponernos un enorme sufrimiento comparado con el dolor de lo sucedido, pero en estos casos, os invito a mirar al futuro, y pensar cómo va a ser vuestra vida desde ahora en adelante con ese hecho a la espalda, sabiendo que habéis renunciado a algo muy importante y que si decidís seguir hacia adelante después no caben los reproches, inseguridades, chantajes...etc...si se perdona, se perdona con todas las consecuencias, no para usarlo como arma en el futuro.
Si aún así, decidimos seguir hacia adelante y dar esa nueva oportunidad o no hacerlo, os invito a reflexionar y a haceros las siguientes preguntas:
3) ¿A quién le estoy dando la oportunidad? ¿Me la está pidiendo mi pareja realmente?
Aunque os parezca absurda esta pregunta, pararos a pensar sólo un momento, cuantas oportunidades podemos dar (no sólo en nuestra vida de pareja) sin ser pedidas. A veces podemos tener tanto miedo a sentirnos solos, a sentir la soledad del abandono y de una nueva ruptura de pareja, a sentir esa falta de de atenciones, afectos y vínculos afectivos y sexuales, que nos podemos mantener al lado de esa persona y en esa relación aunque seamos conscientes de que está muerta o de que está viva pero nos hace daño, ya que en toda separación y/o ruptura hay una pérdida de algo positivo, si no, ¿ No creéis que las rupturas amorosas no serían mucho más fáciles?
Y por último, os invito a pensar sobre lo siguiente:
4) ¿Qué va a cambiar realmente con esta nueva oportunidad?
Estaréis conmigo que es de suma importancia el hablar con nuestra pareja de lo sucedido, y de que en el caso que decidáis seguir hacia adelante juntos, qué queréis que cambie en vuestra pareja o en vuestra relación, y reafirméis el compromiso de seguir juntos y mantener lo acordado.
Sin más, espero que seáis felices, que disfrutéis del día a día y que vuestra motivación cada mañana sea haceros y hacer la vida más fácil a las personas que os rodean, ya que sólo así conseguiréis el equilibrio.
Un fuerte abrazo y gracias por seguir ahí
Comentarios
Publicar un comentario
Ahora te toca reflexionar a ti, ¿me lo cuentas?