En algunas entradas de este blog
he hablado sobre los sueños de manera metafórica, y en esta entrada voy a
volver a hacerlo.
En este caso voy a hablar de
cuando soñamos despiertos, en la entrada sobre los sueños “reflexión exprés”,
hablaba de que los sueños venían a traernos personas, vivencias, relaciones que
posiblemente en un estado de conciencia poníamos todo nuestro interés en
reprimirlas, ocultarlas o simplemente no escucharlas.
Pero, ahora me pregunto, ¿qué pasa cuando el que nos “traiciona” es
nuestro consciente? ¿Cuándo somos conscientes de que lo que estamos sintiendo
es solo un sueño y aun así nos sentimos aturdidos, desbordados e impotentes por
el mismo? En concreto me refiero a cuando nos enamoramos de la persona
equivocada.
Respecto a ese sueño no tenemos
mayor arma que experimentarlo, puede llegar en cualquier momento, y puede ser
motivado por miles de historias: soledad, carencia de afectividad, relaciones
anteriores mal resueltas, etc… el caso es que vivir un enamoramiento NO
correspondido puede ser una de las experiencias más desequilibrantes que
podemos vivir, todo lo que vivimos con un enamoramiento compartido (o
correspondido) se vive en mayor o menor grado en un enamoramiento NO compartido
pero de manera individual, y poniendo nosotros/as mismos/as a la otra parte. Es
como cuando de niños/as jugamos con dos muñecos/as y nosotros/as mimos/as
hacemos de las dos partes.
Imaginamos cómo sería todo, cómo
sería nuestra vida, nuestras emociones, nuestras vivencias compartidas,
¡incluso nuestras posibles peleas y reconciliaciones! Y es que no hay nada como
un amor no correspondido para potenciar la imaginación.
Pero sabemos que sólo es eso, un
sueño, un guion y una historia inventada por nosotros/as mismos/as y que más
tarde o más temprano cual niño que juega con sus muñecos, acaba aburriéndote,
acaba con tus esperanzas de no tener que “inventar” a la otra parte y asumir
que en realidad, por muy intensa y real que hayas imaginado esa historia, NO ha
existido nunca y debes seguir adelante y volver a la realidad, ese momento
pasará a formar parte de tu vida para siempre, pudiéndolo compartir con
alguien, o será un secreto que tú mismo te guardarás toda la vida.
Y vuelvo a preguntarme, ¿Cuántas
personas se habrán enamorado de nosotros/as y no nos hayamos enterado? Personas
que se hayan imaginado vivir una vida junto a nosotros/as, amarnos, cuidarnos,
besarnos…lo cual jamás conoceremos.
¿Por qué? Me imagino que si me
pudierais responder una de vuestras respuestas sería ¡Por miedo!, y sí, puede
ser por miedo, pero el miedo tiene una escala, y el miedo puede ser un
mecanismo de defensa frente al dolor (o anticipándonos al mismo) Y es que a
veces la única forma de acabar con ese sueño en la vigilia es enfrentándote a
ese miedo, y al posible dolor posterior y la otra opción creo que seguida por
muchas personas es dejar que ese sueño
se vaya esfumando, esperar a aburrirse de inventar ellas solas una historia de
amor y guardar para siempre ese sueño idealizado del amor más verdadero e
intenso vivido jamás.
Programa de radio donde hablamos de este tema Miércoles 15 de Mayo Descarga aquí
Comentarios
Publicar un comentario
Ahora te toca reflexionar a ti, ¿me lo cuentas?