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El laberinto de Ares


Antes de nada, quiero daros las gracias por el seguimiento, el apoyo y vuestra retroalimentación con cada entrada de este blog y sobretodo con la última “La armonía entre Eros y Ares”, es algo que me motiva a seguir compartiendo todas esas ideas que se me vienen a la cabeza tras distintas lecturas, reflexiones personales o reflexiones con otras personas.

Tras la entrada anterior, sé y asumo la responsabilidad de que os dejé un tanto…abandonados y abandonadas en una decisión tan difícil como seguir en una relación insatisfactoria o iniciar el proceso de desvinculación. Quiero aprovechar para aclarar, que me estoy basando en un tipo de relación concreta, con unas características concretas y que por supuesto cabrían miles de matices que debatir o tratar, pero ahora me estoy refiriendo a esas relaciones dificultosas y laberínticas en las que muchas personas se encuentran o se han encontrado.

Y si, el laberinto va a ser el tema central de esta entrada,  porque si antes me refería a relaciones laberínticas, al verdadero laberinto entramos una vez decidimos o deciden que “esto se acabó”.

Las características del laberinto dependen mucho de cómo se haya producido la ruptura amorosa: voluntaria o involuntaria, repentina o sopesada, con personas de por medio, de mutuo acuerdo…

En esta última es en la que me voy a centrar, enlazando con la última parte de la anterior entrada, en la que tomamos conciencia de que estamos con una persona con la que no podemos estar por la incompatibilidad entre los tres deseos (deseo hedónico, deseo de vinculación y deseo de progreso) de ambos, a priori no tiene por qué ser una desvinculación donde Ares (guerra) esté presente ya que la desvinculación se inicia desde el amor, la complicidad y el cariño.

Una vez decidimos iniciar el proceso de desvinculación debemos ser conscientes de que entramos en un laberinto, un laberinto simbólico y emocional, donde el camino no va a ser fácil, va a estar lleno de obstáculos, monstruos, sueños y falsas señales pero también de aliados, y sobretodo ser conscientes de que tiene un final, y ese final supondrá integrar, interiorizar esa relación, darle el lugar que le corresponde en nuestras vidas y transformar todos esos sentimientos y emociones.

Como decía el laberinto es inevitable, hay laberintos más largos y laberintos más cortos, pueden durar días, meses o incluso años, pero todo el mundo queramos o no, estamos o hemos estado en uno alguna vez en nuestra vida.

 Y, ¿Qué nos encontramos dentro del laberinto?

Una vez nos introducimos en él porque queremos salir de una situación que no nos gusta o no nos satisface, no hay marcha atrás, y si la hacemos, volvemos a lo que teníamos antes, no  puedes esperar que haya cambiado y sobretodo recuerda lo que te motivó a entrar en él, eso recuérdatelo cada día.

Pero eso no es lo dificultoso, iniciado nuestro camino, nos vamos a encontrar a monstruos, monstruos que simbolizan la ira (porqué me ha hecho esto), rabia (esto no es justo, que feliz se le ve, seguro que ya me ha olvidado y yo aquí destrozado), la tristeza (sentimiento de abandono, de fracaso, de incapacidad de mantener un vínculo amoroso) y otras muchas más emociones. En definitiva, estos monstruos nos van a intentar movilizar hacia algo, o bien a “atacar” a la otra persona, culparla y reprocharle el no saber quererte, o el monstruo de la tristeza, te puede ofrecer una salida de emergencia, que no es otra, que volver a la situación que tenías, pero con todo lo que te han ido “cargando” encima esos monstruos en tu proceso de desvinculación.

Si es una desvinculación de mutuo acuerdo, desde el amor, sabes que la otra persona está en la entrada del laberinto o detrás de esas salidas de emergencia, o eso crees.

¿Qué pasa si le hacemos caso al monstruo de la tristeza?
Si la tristeza, el miedo, y el sentimiento de abandono son tan fuertes que nos impiden continuar, de manera que no somos capaces de acabar con ese monstruo sino que salimos por la “salida de emergencia”, quiero que tengáis claro, que volvemos a la situación inicial, es posible que después de conectar con esas emociones, y de forma temporal, nos conformemos simplemente con no sentirlas, pero una vez se nos pasen, volveremos a la relación insatisfactoria que teníamos y por la que entramos en el laberinto. Tengo que destacar que estos errores son muy comunes, y si los cometemos, conectaremos de nuevo con esos monstruos (rabia, ira, tristeza, impotencia, sentimiento de incapacidad, ansiedad) que cómo os decía, son parte de nuestro camino, y solo nos debe motivar a seguir hacia adelante y volver a tomar el control de nuestras vidas.

Si por el contrario continuamos nuestro camino, os recomiendo que no os durmáis, y cuando os hablo de dormir me refiero a que no “soñéis”. ¿Qué simbolizan los sueños dentro del laberinto? Los sueños, los podemos definir como “la vivencia de una realidad imaginada por nuestro subconsciente y que durante el estado de vigilia es reprimida”, por lo tanto ¿qué simbolizan los sueños dentro del laberinto? Mediante los sueños se nos puede presentar la persona de la que nos estamos desvinculando, y con la cual, nos imaginamos que todo será diferente, simplemente porque se ha presentado para rescatarnos. Si te dejas llevar por ese sueño, y por esa persona, saldrás del laberinto sí, y vivirás un bonito sueño, pero los sueños se acaban y volvemos a la realidad, y al igual que con el monstruo de la tristeza, volvemos a estar en la situación de la que decidimos salir (Quiero dejar claro, que estas situaciones se pueden dar todas o ninguna, se pueden dar en el mismo tiempo, o en diferentes momentos ya que el tiempo dentro del laberinto lo desconocemos)

También es posible, que esa persona, haya iniciado su laberinto pero en ese ejercicio de reflexión que requiere el proceso, descubra que sí, que tienes un hueco importante en su vida y que por lo tanto, está dispuesto a ofrecerte una alternativa diferente a lo que teníais antes, entonces, te ofrecerá una salida, la salida que te conduce a otro lugar (diferente del que procedías) en este caso, dependerá del camino que hayas recorrido, de lo influenciado que estés por los monstruos que te has encontrado, podrás salir con ella, e iniciar una nueva vida en común que puede ser satisfactoria para ambos y os dé ese equilibrio y esa armonía tan ansiada, o por el contrario, no puedas aceptar esa propuesta y decidas continuar en tu proceso.

Si decides continuar tu camino, el de la desvinculación pacífica y desde el amor, también se nos presentan otros personajes, estos personaje son nuestros “aliados”, estos aliados nos ayudarán a ir encontrando los caminos correctos, calmar nuestros miedos, nuestra impaciencia por salir de donde estamos, a dar luz a nuestros pasos, y a que estos vayan firmes en la dirección correcta. Aliados pueden ser familiares, amigos o incluso personas que estemos conociendo y que aunque no estamos en el momento de iniciar una nueva vinculación amorosa, sí que pueden “aligerar” nuestro camino o incluso mostrarnos “atajos” para conseguir llegar antes al final, al final de ese laberinto que nos permitirá acabar con esos monstruos que tanto daño nos hacen y nos han hecho, pero que ahora han desaparecido.

Visualizad el final del laberinto como la cumbre de una montaña, una vez llegas arriba puedes observar de dónde vienes, cual ha sido la situación que tenías, despedirte de esas vistas y esos lugares en los que has vivido durante ese tiempo, incorporarlos a tu vida y a tus recuerdos y emprender un nuevo camino.

Quiero destacar que esto es un proceso individual, muy difícil y en el que es necesario ir transformando sentimientos.  En este tipo de desvinculaciones no se quiere eliminar sentimientos, ya que recordad, que esa desvinculación parte del amor hacia esa persona, y el objetivo no es sacarla de nuestra vida, sino darle el lugar adecuado para conseguir encontrar nuestra  armonía.

Espero que esta nueva entrada no os haya parecido demasiado "laberíntica" y hayáis entendido la idea que quería compartir con vosotros/as, de todos modos os animo a comentarme, hacerme alguna crítica o directamente hablar sobre algo que os haya suscitado lo que estáis leyendo, podéis hacerlo vía mail, estaré encantado de responderos.

Hoy os dejo con el grupo que ha marcado tantos momentos de mi vida, y sobretodo este fin de semana, no es otro que Sigur Ros, un grupo Islandés, los cuales son capaces de hacer MAGIA con la música y evocar en cada canción miles de sentimientos y emociones.


Comentarios

  1. Me encanta esta entrada, sin duda la que más! y para introducir un poco de debate, enlazo con tu recomendación sobre los sueños (he aqui una persona que no se entendería sin sus sueños y que sin ellos sería la persona más pobre de este mundo) y creo que sugeriría lo contrario. Los sueños ofrecen la posibilidad de "lanzarte a situaciones extraordinarias" sirven para aprender a reconocer situaciones y emociones forman parte de un pequeño entrenamiento para lo que es vivir. Los sueños nos ayudan también a entender a los otros sobre todo cuando podemos vivir en esos sueños otras vidas y personajes. Los sueños nos ofrecen la oportunidad de recordar, clasificar lo importante y lo que no lo es... por lo tanto no creeis que lo que debemos hacer es SOÑAR?
    Sigur Ros...

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